Día 4. Tokyo. Caras conocidas en Tokyo, algo extraño, acostumbrados a viajar nosotros solos: llegan dos de nuestros mejores amigos, Valen y Eva, y comienza un nuevo viaje. Es su primera vez en Japón, así que algunos días cada uno se irá por su cuenta para no repetir cosas que ya vimos nosotros el año pasado. El día se resume en poco: los llevamos al ryokan, los ponemos al día en el funcionamiento de trenes-metros, y los llevamos a Asakusa para comer y ver la zona del templo de Senso-ji, uno de los importantes de Tokyo, si no el que más. Vamos en plan relax, acaban de llegar del vuelo y todavía nos acordamos nosotros de lo que se siente el primer día ;) así que después de Asakusa nos vamos a Ueno y recorremos su parque y la zona de mercado que tanto nos gustó el año pasado. Vuelta al ryokan y a descansar.
Día 5. Tokyo. Por la mañana, a eso de las 8.30 quedamos con Valen y Eva en el mercado de Tsukiji, que ellos llevaban visitando un par de horas (nosotros ya nos pegamos el madrugón el año pasado xD) Un Sr. Miyagi muy amable, dueño de una tienda de artículos varíados (…), nos aconsejó un sitio para desayunar sushi. Allí fuimos, valientes nosotros, a desayunar por primera vez en nuestra vida sushi y acompañantes variados (huevas, algas, arroz, etc, etc). A mi me encantó, una experiencia íºnica que no me importaría repetir, aunque algíºn miembro del grupo no creo que diga lo mismo xD Aprovechando la cercanía, tras desayunar fuimos a los jardines Hamarikyu, un lugar verdaderamente precioso (hay que pagar para entrar, así que más vale que esté bien), con unas vistas tremendas: la naturaleza del parque con los rascacielos de fondo. Además, en el centro del parque, justo en medio de un pequeño lago, hay una casita de té, donde recreamos, de forma ligera (es decir, en menos de 30 min), la ceremonía japonesa del té.
Tras salir de los jardines, nos fuimos cerca de Ginza a comer (con risas incluidas porque “la comida se movía”) y luego a Shinjuku, el barrio más administrativo, el de los rascacielos, donde subimos a la planta 42 del edificio del Gobierno de Tokyo para admirar la inmensidad de la ciudad. El año pasado subimos al edificio Sumitomo, prácticamente enfrente del Gobierno de Tokyo, con unas vistas igual de impresionantes. Una vez de vuelta a la superficie, hicimos un poco de tiempo por una “calle eléctrica” que había por allí cerca hasta la hora en que había quedado con un japonés al que conocía por internet, Nobu. Quedamos a las 18.00h, después de que saliera de trabajar, para adentrarnos verdaderamente en la vida japonesa xD Tras el shock inicial de conocernos en persona y escuchar a un japonés hablar un castellano casi perfecto, nos llevó al típico bar donde van los japoneses después de trabajar, para beber, beber y beber… y cenar de paso :D Nosotros nos quedamos sólo con la íºltima parte, sólo cena (ninguno bebe), y disfrutamos enormemente hablando con Nobu sobre la cultura japonesa, la forma de vivir, trabajo, vacaciones, mujeres… una experiencia inolvidable, llena de risas… que continuarían después de cenar en el karaoke, en el que un servidor se atrevió con la Macarena y Satisfaction (acompañado, claro está), y los españoles quedamos como el culo en el momento que Nobu escogió SU canción, rollito romántico de Richard Marx, y nos dejó a todos con la boca abierta. Se lo toman muy muy en serio, ¡incluso nos contó que suelen ir solos a los karaokes para practicar!
Día 6. Tokyo. El día siguiente, después de la cena y el karaoke, nos levantamos más tarde de lo normal, con el tiempo justo para llegar a la cola del Teatro Kabuki-za, donde se puede entrar, si se desea, a un solo acto de alguna de las obras que se interpretan: una forma perfecta de descubrir el teatro tradicional japonés, el kabuki. Os lo recomiendo totalmente, es verdaderamente curioso (y bonito). Después de la obra (duró casi 2 horas), nos fuimos a comer y posteriormente pasamos la tarde por Shibuya (no te pierdas los almacenes Don Quixote, todo lo imaginable, lo raro y lo más raro, lo puedes encontrar allí dentro). Al día siguiente había que madrugar para coger el tren hacia los “Alpes japoneses”…
Para acompañar, un nuevo grupo noruego, The New Wine.
The New Wine – “I had to tell you”